Los Oni: demonios del folklore japonés

Los Oni, esas criaturas monstruosas similares a ogros, han tenido muchísima presencia dentro de la cultura japonesa, pasando de ser seres malévolos y despiadados, a ser protectores y símbolos de fortaleza. Pero, ¿Qué son realmente?

Los Oni son una de las criaturas más recurrentes dentro del folclore japonés

Los Oni (kanji: 鬼, hiragana: おに) son un tipo de youkai de aspecto aterrador, grandes y corpulentos, que suelen vivir en cuevas o construcciones abandonadas, generalmente viejos castillos. Son conocidos por su ferocidad y su naturaleza maligna, y según muchas historias, son causantes de desastres, enfermedades y otros infortunios. También se dice que gustan no solo de atormentar a los humanos, especialmente a los que han sido enviados al infierno por sus malas acciones, sino que también a menudo suelen devorar a sus víctimas. Se les representa como seres gigantescos de grotesca apariencia, de grandes colmillos y muchas veces con uno o más cuernos sobre su cabeza, además de ser grandes bebedores de sake y de tener una variada gama de colores, siendo el rojo, el azul o el rosa los más comunes. También suelen vestir pieles de tigres y llevar consigo un gran mazo o Kanabo, con el que gustan de aplastar a los seres humanos.

¿Cuál es su origen?

Las máscaras ceremoniales con la imagen de Oni son comunes en los festivales

Existen muchos argumentos en torno a como se originó el mito de los Oni, pero entre las más aceptadas teorías está la de su introducción a través del budismo proveniente de la India, en particular el mito de las deidades hidúes yaksha y rakshasa, que fueron sincretizadas en favor de convertirles en sirvientes de Enma-Daioh, señor del Infierno (Jigoku, 地獄), y encargados de atormentar a los pecadores; o incluso a partir de los denominados gaki (餓鬼) o Espíritus Hambrientos del budismo chino, los cuales son frecuentemente considerados un tipo de Oni puesto que su escritura contiene el kanji «鬼» utilizado para designar a dichas criaturas.

De acuerdo a muchas versiones que se pueden encontrar dentro del folclore japonés, cuando una persona malvada muere, esta se convierte en un oni, aunque también existen aquellos que aún estando vivos, terminan convertidos en uno, llegando a ser incluso más peligrosos y de los que generalmente hablan los antiguos relatos. Incluso se habla de monjes que al morir, deciden convertirse en onis para así proteger sus templos.

También se dice que la razón por la que los oni son representados con cuernos y pieles de tigre es debido a una puerta ubicada en dirección noreste denominada Kimon (鬼門) o «Puerta de los Demonios», considerada como de mala suerte. Dicho punto cardinal es también llamado Ushitora (丑寅) o «La dirección del Toro-Tigre» según la asignación de los signos en el horóscopo chino, lo que motivaría la inclusión de elementos de dichos animales en la representación de los oni tal y como los conocemos.

Tradición e historias:

El Setsubun Matsuri se realiza a principios de primavera

La leyenda de los Oni ha dado pie a diversas manifestaciones culturales dentro del Japón, muchas de las cuales aún se conservan. Una de ellas es el festival de Setsubun (節分, «separación de estaciones») que se realiza a principios de primavera, en el que las personas acostumbran arrojar granos de soya mientras gritan la frase «Oni wa soto! Fuku wa uchi!» (鬼は外!福は内!), que literalmente significa «¡Fuera onis! ¡Que vengan las bendiciones!», además de colocar estatuas de monos en la entrada de sus casas para mantenerlos alejados.

También existen juegos tradicionales inspirados en los Oni, muchos de los cuales son muy similares a los juegos infantiles que conocemos en occidente, como «El escondite» o «la ere»; tales como el oni gokko (鬼ごっこ), en el que quien hace el papel de oni debe perseguir a los demás jugadores para «encantarlos», o kakure oni (隠れ鬼, «Oni escondido»), en el que quienes participan deben encontrar y sacar al «oni» de su escondite.

Momotaro por el artista ukiyo-e Utagawa Kuniyoshi

Con respecto a relatos, son muchos los protagonizados por estas criaturas, donde no solo son descritas como entes aterradores, sino también como protectores. Algunos de estos son cuentos infantiles, como en el caso de Momotaro (桃太郎, «Niño Melocotón»), en el que un niño es encontrado por una pareja de ancianos dentro de un melocotón gigante flotando en un río, y que luego de transcurrido un tiempo, se aventura a la caza de un grupo de onis que aterrorizan su aldea.

«El ogro rojo que lloró» muestra una versión más humanizada de los Oni

También otras historias como por ejemplo Naita Aka oni (泣いた赤鬼, «El ogro rojo que lloró»), protagonizada por dos oni, uno azul y otro rojo, nos muestran una versión más humanizada de estos seres. En este relato, se nos cuenta como el oni azul, ante el deseo de su compañero de querer ser amigo de los humanos, ataca las casas de los lugareños para que este lo detenga y sea reconocido como el héroe del pueblo. Tras lograr dicho objetivo, el oni azul decide irse lejos para evitar confusiones, lo que hace que el oni rojo, tras ver lo que su amigo hizo por el, rompa en llanto.

Shuten-doji según Utagawa Yoshitsuya (1885)

La leyenda de Shuten-dōji (酒呑童子) por su parte, muestra el lado más agresivo de estas criaturas, mostrándonos en diferentes versiones del relato a este Rey de los ogros como el responsable de la desaparición de un gran número de personas en la ciudad de Kioto, lo que motiva al Emperador Ichijo (986 – 1011) a mandar una expedición liderada por el héroe Minamoto Raiko, quien tras infiltrarse en su escondite junto a sus hombres, y luego de engañarlo y emborracharlo (en algunas versiones con un sake sagrado), procede a decapitarlo para luego volver triunfante a la ciudad con la cabeza del oni.

Actualmente, los oni tienen una inmensa presencia no solo dentro de las tradiciones japonesas, sino también en la cultura popular, por lo que los podemos encontrar no solo en mangas, películas o series animadas, sino también en producciones foráneas e incluso en la propia arquitectura de la ciudad. Pese a su aterrador aspecto y las muchas historias que los muestran como seres despiadados, hoy por hoy son muchas veces vistos como entidades protectoras, siendo incluso muy común ver personas con tatuajes tradicionales en los que se muestran máscaras de Oni como protección o en señal de fortaleza.

Se trata sin duda de uno de los aspectos más emblemáticos de la cultura japonesa donde vemos reflejada una gran parte de su idiosincrasia a partir de valiosas enseñanzas que aún hoy, siguen vigentes.

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