YOUKAI: Espantos y apariciones del Japón

 

               Dentro de la cultura japonesa, existe toda una gran variedad de mitos y leyendas, producto de una tradición milenaria conformada por antiguos relatos provenientes tanto del sintoísmo como de la propia imaginación de quienes buscaban dar una explicación a aquellos fenómenos de la naturaleza que no lograban comprender. De tal forma, dentro del folclore japonés surgen los Youkai como una forma sencilla de entender dichos fenómenos.

¿Qué son exactamente?

                Los youkai son aquellos seres y criaturas sobrenaturales que conviven entre nosotros y forman parte de la propia naturaleza. Son el equivalente a los fantasmas y apariciones de la cultura occidental, pero a diferencia de estos, abarcan una gran variedad de clasificaciones según su origen y características.

                De acuerdo a la tradición, existen espíritus que habitan en todas las cosas, incluso en objetos inanimados. Dichos espíritus pueden ser tanto benignos (denominados nigi-mitama) como malignos (ara-mitama), siendo que los primeros actúan como entidades protectoras que atraen la buena fortuna, y los segundos como seres violentos y causantes de todo tipo de desgracias. Estos espíritus no son considerados youkai, sin embargo, se les considera como uno de sus orígenes, a raíz de rituales de purificación incompletos en los que un ara-mitama puede terminar convertido en youkai.

                Así pues, los youkai pueden tener todo tipo de formas, desde la de un objeto de uso cotidiano, hasta la forma de un ser humanoide o una criatura monstruosa. En cierta forma, son una metáfora de nuestros temores más recurrentes, así como de nuestra percepción de todo aquello que nos rodea.

                Por lo general, los youkai suelen evitar el contacto con los seres humanos, aislándose en los bosques, lejos de la civilización. Sin embargo, hay algunos que suelen vivir en las casas en perfecta armonía con sus habitantes. No tienden a ser malvados aunque si tienen valores distintos a los de los humanos, y hay incluso aquellos que gustan de asustar a las personas por diversión.

                En algunas historias, se habla de youkais que llegan a relacionarse con humanos, dando origen a otro tipo de criatura llamada Han’yō (半妖) o «semi-youkai», pero por lo general, estos relatos siempre terminan en tragedia debido a las diferencias que deben afrontar sus protagonistas.

Tipos de youkai:

                La tradición de los youkai abarca una inmensa variedad de criaturas de todo tipo. Como ya mencionamos, estos seres pueden presentarse en distintas formas, desde objetos, pasando por animales o transformaciones humanas, hasta híbridos o criaturas de aspecto monstruoso. Cada uno de ellos cuenta una historia y representa algún tipo de fenómeno de la naturaleza o incluso son el producto de alguna clase de penitencia o acto violento. Así pues, podemos encontrar a los youkai de tipo animal, los de origen humano, los llamados Tsukumogami (objetos) o incluso los temibles Oni.

Príncipe Hanzoku aterrorizado por un Kitsune de nueve colas
Impresión de Utagawa Kuniyoshi (siglo XIX)

                Entre los más populares destacan por ejemplo los Hangeyoukai, que son aquellos que poseen apariencia animal y que muchas veces tienen la facultad de transformarse en humanos, a menudo conservando algunos rasgos de su aspecto original. Entre estos, destacan el Kitsune, una criatura con aspecto de zorro y poseedora de grandes poderes mágicos. Aunque se le considera un ser benevolente, en algunas fábulas se le representa como un ser agresivo y violento.

El tanuki es uno de los youkai más conocidos

                Los Tanuki por su parte, son criaturas con aspecto de mapache y que tienen la capacidad de transformarse en estatuas, árboles o incluso en objetos del hogar. También destacan otros como el Kappa, un ser de aspecto reptiliano que habita en las aguas, o el legendario Orochi, una deidad similar a la hidra, con ocho cabezas y ocho colas, protagonista del mito de Yamata no Orochi.

Los Tsukumogami suelen ser objetos de uso común

                Los Tsukumogami son otro tipo de youkai basados en artículos de uso cotidiano en los hogares, los cuales han cobrado vida propia tras llegar a su cumpleaños número cien. Esta categoría comprende viejos paraguas (Karakasa), tarros de sake (Kameosa), espejos (Ungaikyo), papeles o papiros (Kyourinrin), entre otros.

Namazu, bakemono causante de los terremotos

                Los Bakemono son seres que han asumido una transformación temporal, siendo distintos del espíritu de la persona muerta del que se originaron. Suelen ser seres aterradores, apareciendo en formas extrañas a la vista de los mortales, aunque también a menudo suelen disfrazarse de personas.

Los Yuurei son espectros que vagan atormentados por algún evento ocurrido en vida

                Los Yuurei son el equivalente más cercano a los fantasmas de la cultura occidental, siendo espíritus de personas fallecidas que vagan atormentados por algo que les ocurrió en vida, por haber cometido suicidio, o bien por no haber tenido una ceremonia funeraria adecuada. Suelen aparecer en la madrugada para asustar a quienes les hicieron algún daño en vida, generalmente vistiendo una mortaja y un kimono funerario blanco abrochado al revés.

Los Oni son representados como seres gigantes de aspecto amenazador

                Y luego están los Oni, quizá los de aspecto más aterrador y en torno a los cuales se han escrito mayor cantidad de relatos. Su nombre se puede interpretar como «demonio» u «ogro», y se trata de seres grandes y corpulentos, dotados de fuerza sobrehumana y que suelen vivir en lo más profundo de las montañas o en edificaciones abandonadas. Son seres capaces de causar una gran destrucción e incluso se divierten aplastando a los humanos con sus mazos. En muchas historias se cuenta que son los encargados de atormentar a aquellos que caen al infierno infringiendo terribles castigos. Sin embargo, también hay relatos en los que más que seres malvados, se les describe como una fuerza de la naturaleza.

Principales exponentes:             

                Generalmente se suele considerar al Período Muromachi (1338-1573) como el de mayor desarrollo en relación a relatos y anécdotas referente a los youkai, sin embargo, es en el Período Edo, más concretamente durante el siglo XVIII cuando, tras la aparición de la imprenta, se comenzó a popularizar este tipo de historias a través de representaciones artísticas en las que se dieron a conocer cada una de estas criaturas y sus respectivas descripciones. En tal sentido, es principalmente gracias al trabajo de artistas, como por ejemplo el ilustrador Toriyama Sekien, que la figura del youkai cobró un mayor auge dentro del imaginario nipón.

Uno de los textos puntuales en relación a los youkai

                Así pues, se puede considerar a Toriyama Sekien como uno de los pioneros en el estudio y divulgación de estos seres fantásticos. Siendo un renombrado artista del género ukiyo-e, en 1780 comenzó a interesarse en los mitos y leyendas que daban fe de estas apariciones espectrales, llegando a publicar cuatro libros que hoy son una referencia obligada. El primero de ellos, «El desfile ilustrado de la noche de cientos de demonios», o Gazu Hyakki Yakō en japonés, se publicó en 1781, seguido de tres volúmenes más en los que se clasifican cientos de youkai con sus respectivas descripciones y características.

                Tras la Restauración Meiji, muchos artistas comenzaron a incluir ideas occidentales a la tradición de los youkai, de manera que comienzan a aparecer publicaciones en los que se pueden encontrar reminiscencias de obras de la literatura europea o incluso óperas y obras teatrales. Por citar un ejemplo, en 1891 se publica el trabajo Seiyuu Youkai Kidan, de Shibue Tamotsu, en la que introduce relatos de los Hermanos Grimm, entre otros.

Hakaba Kitaro, de Shigeru Mizuki

                Ya entrados al siglo XX, durante la Era Showa, la industria del manga, así como también medios como la radio y la televisión, juegan un rol principal en la difusión de los youkai como patrimonio cultural, destacando muy especialmente el trabajo del mangaka e historiador Shigeru Mizuki. Nacido en 1922 en la ciudad de Osaka, Mizuki dedicó gran parte de su obra al género de horror, lo que lo llevaría posteriormente a trabajar en historias relacionadas a los youkai, convirtiéndose así en uno de sus máximos exponentes.

                El interés de Mizuki en torno a los youkai le fue inculcado desde muy temprana edad, gracias a las historias que le contaba una mujer mayor llamada Kageyama Fusa, encargada de ayudar en los quehaceres del hogar y el cuidado de los niños. Fueron estos relatos los que capturaron la imaginación del pequeño Mizuki, llevándolo posteriormente a conocer más sobre estos extraordinarios seres. Mizuki luego publicaría una novela gráfica o «gekiga» llamada Nonnonba no Ore, en la que relataría esta etapa de su vida.

                En 1960 publica su manga más recordado, Hakaba Kitaro, dando a conocer a los youkai de una manera amena y accesible a las nuevas generaciones. Dicho manga sería llevado a la animación en distintas ocasiones bajo el nombre de GeGeGe no Kitaro, convirtiéndose en toda una influencia para posteriores trabajos relacionados al tema.

Estatua de Kitaro en el Mizuki Shigeru Road

                Tal ha sido su impacto que incluso en la ciudad en la que Mizuki pasó gran parte de su vida, Sakaiminato, prefectura de Tottori, fue establecida la llamada «Mizuki Shigeru Road», una calle en la que los youkai de todo tipo, junto a las creaciones propias del autor, son los protagonistas, apareciendo en infinidad de estatuas a lo largo de la ruta. También es posible visitar museos y atracciones en los que se puede conocer más sobre los youkai, sus historias y relatos más populares.

En el Mizuki Shigeru Road se le rinde tributo al trabajo del autor oriundo de Sakaiminato,
así como a todo lo referente a los youkai

                Los youkai son hoy por hoy, uno de los aspectos más característicos de la cultura japonesa. Su influencia está presente en infinidad de obras, así como también grabada en la memoria colectiva del pueblo nipón. Y es que no solo se trata de simples relatos de fantasmas y apariciones: en cada una de estas criaturas hay algo que va mucho más allá, y sobre todo, se esconde una enseñanza y una invitación a reflexionar, a mirarnos a nosotros mismos y muy especialmente, al entorno que nos rodea.

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